SARDINAS DE LATA EN SU ACEITE en Comida Francesa

Articulo relacionado con comida francesa

Sardinas de lata
Sardinas de lata

Una lata de sardinas es una metáfora comestible de la pobreza. Da lastimilla. Nos parece una comida como de mendigo con cartones, refugiado del frío nocturno en un cajero automático, que abriera su triste lata para comer algo. También arrastra la fama de último recurso. De ese condumio que nos preparamos el día que abrimos la nevera, comprobamos que habíamos sido muy optimistas al pensar que la compra que habíamos hecho iba a durarnos eternamente, y la vemos allí solitaria, como un Robinson en medio de un océano gélido, esperando indefensa a que un gordo caníbal venga y se la zampe. Pues no. Pues ya está bien. A mí las sardinas me ponen. Mucho. Igual soy un poco raro (que seguro que sí) pero yo desde luego no cambio la visión de una sardina de lata por la sonrisa de La Gioconda. Es más siempre he estado convencido de que el cuadro de la «Maja desnuda» hubiera ganado mucho si, en vez de a una duquesa, Goya hubiera retratado a una sardina. Y lo moderno que hubiera quedado. Anda que no se estará arrepintiendo el Goya ese. Yo estoy convencido de que algún día la Humanidad saldrá de su atocinado letargo, meterá unas plateadas sardinas entre y pan y pan y descubrirá que el bocadillo de sardinas es el bocadillo de jamón del mar.

Ingredientes: 1 lata de sardinillas, salsa de chile habanero (o Tabasco, si no tenéis), perejil, aceite de oliva virgen extra, sal.

Preparación: a veces lo más fácil sorprende. Volcáis el aceite de la lata de sardinillas en un bol, le añadís unas gotas del aceite de oliva rico, ese que guardáis para las ocasiones, le ponéis un poquito de sal y una dosis, tan generosa como sea tu amor por el picante, de salsa de chile habanero o Tabasco. Agitamos el bol con energía haciendo que el preparado se emulsione y se mezcle bien. Añadimos perejil fresco y las sardinillas que habíamos reservado, mezclando todo bien. A la hora de servir, lo presentamos cogiendo una cantidad de la emulsión picantita con una cuchara y poniendo una de las sardinillas encima. Se toma de un bocado. Si lo de las cucharas os parece mucho lío, también podéis poner la sardinilla sobre una patata frita y acompañar con un poco de la emulsión. Un gozo.